Monday, November 28, 2005

Né-net P/V `06. Etnofuturismo Andino

Saliendo del café donde trabajaba, ubicado en una de las zonas más concurridas por los fashionistas japoneses, me encuentro de cara a una vitrina que llama peculiarmente mi atención. Increíble pero cierto: !moda inspirada en los andes! Una vez adentro, la parafernalia fashion del mundo andino, inesperadamente diseñada en una reinterpretación contemporánea, vanguardista y con chispas de *Tokyo Pop*, por Né-net, hicieron de mis sentimientos un contrapunto entre el orgullo histérico (por la reivindicación de mi peruanidad), y el anhelo desesperado por consumirlo todo ipso facto: !una colección excelente!
En principio, es imposible tratar de separar las cosas; y de escatimar la sorpresa. Por un lado - el de la reivindicación - se cose el hecho de que la moda inspirada en la cultura andina jamás se ha visto tan actual e inteligente, tan prêt-à-porter y a la vez tan encantadora y arrogantemente de los andes. Y es que los intentos pasados (la gran mayoría provenientes de diseñadores peruanos), o bien han caído en la convención saturante de la silueta Miss Universo hecha en Puerto Rico - con lo que me refiero a un estilismo y a una actitud latinoamericamente sexy y estreotípica-, o bien en un expresionismo de haute couture folclórica: cursi y ridiculizable para la urbe; útil para los museos antropológicos y para los concursos de trajes típicos. O sino, por último, y con más frecuencia, en una tímida inclusión de motivos andinos, que le agregaban al conjunto su cuota de colorido insulso y de indigenismo cobarde (como qien dice un souvenir).
¿En qué momento los andinos fueron salseros? ¿No será que arañando casi su totalidad, la vertiente evocadora de la cultura andina e indigenista en general, en vez de lanzarla a ésta al mundo real, más bien la está sepultando con exhibiciones para museos de antropología? ¿Cuántos de los andinos se identifican con aquellas propuestas híbridas de nacionalismo austero - por no decir acomplejado y desleal -, más pseudocontemporaneidad? ... ¿En qué momento se jodió la moda del Perú?
Las texturas existencialistas en esta pasarela de la identidad peruana, andina e indigenista son evidentes y raspan, dejan sabor amargo, deprimen... y deprimirse es mucha pérdida de tiempo. Por eso mejor pasemos a la colección de Né-net para la primavera/verano del 2006 que, en todo caso, deja atrás todo lamento y propone con optimismo un nuevo paradigma en moda peruana desde el futurístico Tokyo.

Né-net y la colección en sí
Né-net es el nuevo proyecto de A-net, el poderoso consorcio fashion japonés que se encarga de la distribución de Issey Miyake y otras marcas niponas en el mundo. El líder creativo de Né-net es Kazuaki Takashima, diseñador de moda de carrera en ascenso lento, graduado en la prestigiosa Bunka Fashion College de Tokyo en 1994. Takashima ingresa al consorcio mencionado en 1996, en el 2002 lo designan a jefe de diseño de la marca de extensión de Issey Miyake "PleatsPLease", y finalmente, en el 2005, A-net le brinda la oportunidad de encargarse completamente de su nuevo proyecto: Né-net.
Con tan sólo dos colecciones en su haber, es con la segunda que se hizo recientemente el debut oficial de Né-net y de Takashima en la Tokyo Fashion Week S/S `06. El concepto de la marca es *etnofuturismo* a secas. Así lo demuestran la primera colección de invierno inspirada en la muy trendy cultura rusa, y, por supuesto, demostrando con mayor profusión mediática, el tema escogido para el próximo verano: Centro y Sud-América.
Valgan verdades, no se puede negar que hay muchas similitudes entre el Centro y Sudamérica, pero basta con ver a las llamas, al dios Wiracocha, a los pomposos sombreros que parecen de Puno (región sureste peruana), a las típicas andinas trenzadas, a los motivos esotéricos de Nazca, y hasta a un boleto de servicios higiénicos de 50 céntimos de Nuevo Sol (la divisa del Perú) impreso en la publicidad de Né-net, para cerciorarse de que esta colección está aplastantemente basada en la cultura milenaria del Perú. En todo caso, recordemos la hegemonía que tuvo la sede del Imperio Incaico hasta el umbral del Pánama para tomar como punto de partida a este país. Y acaso sea también la suntuosidad de las materias primas peruanas las que hacen de su vestimenta el foco de atención más llamativo de entre toda la moda indigenista de América.
Entonces, partiendo de esta premisa, se puede asegurar que esta colección reivindica la esencia de la cultura peruana retratando de una manera contemporánea tres de sus grandes rasgos: su colorido, su lado festivo/rutilante, y sobre todo su autenticidad indesligable del vínculo sagrado con la Pachamama (la tierra).
Qué es lo que tiene: volúmenes suaves como el algodón; caídas duras que remiten a los cerros de los Andes; bordados y tejidos vertiginosamente enmarañados como la red virtual; siluetas fieles a su historia, pero compuestas por una yuxtaposición prendaria actual y creativa; piezas dobles con hilo dorado rutilante que sin dejar de ser étnicas también pueden ser cocteleras o para los rituales de luna; texturas serranas en juego electrónico con la sintética; colores pasteles remezclados con colores flúor, y hasta accesorios de identidad andina festejada por el *Tokyo Pop*. El resultado: la colección irradia una propuesta de elegancia singular y ultravanguardista, que valora y a la vez reinventa a lo étnico.
Un debut brillante en la semana de la moda que edición tras edición se fortalece y va adquiriendo relevancia en el mundo entero. Qué curioso, Takashima nunco estuvo en el Perú...ni en "Centro y Sud-América".

Gallermic Tanaka