Images © Elmgreen & Dragset. Art Production Fund and Ballroom Marfa . Photo taken by James Evans
Fashion + Consumerism + Globalisation = Art? After Kate & Pete, Prada Marfa is the new postmodern skandal worthy of your banal attention...
While watching the photo, perhaps the reader thinks that suddenly, the fashion bussiness converted into surrealistic and chimaeric, and to open braches in the Texan desert is the new epiphany of vanity de luxe... No way! It seems that it turns out too much excentric even for richs. But then, what is Prada doing in the middle of nowhere??? In fact, even counting on Miuccia herself-s aprovement and with the accesories for the currently winter colection, the store is where it-s meant to be and does what it-s meant to do: MOCKING.
It-s a truth universally acknowledged: Prada Marfa is not a store nor it will never open. Prada Marfa is an instalation-sculpture made by Michael Elmgreen and Ingar Dragset, two Scandinavian-born Berlin-based avant garde artists with fame of bad boys who go fucking around the sistem ingeniously (although with a kind of blockbuster financing).
In this particular case, they shoot us with some question: what happens when you take things out of its natural element? Or what is the truely sublime : the landscape or the consumption? And no matter what, if you could would you be willing to buy and adquire this icon of globalisation?
In essence, Prada Marfa is an ironic synnestesia between art and fashion that formulates a disparate displacement of the elements to question the authenticity of our consumer contemporary culture.
Unexpectedly, Prada Marfa is critic and autocriticized: it mocks us as consumers subjected to the effects of globalisation, and at the same time, it laughs at itself as a representative and glamourous agent of it.
But that-s not all: searching for trascendence in the roots of this banality, we can tell that Prada Marfa is a cliché in the middle of 'nothing', that 'nothing' that probably is the only real and true, but falls terrifyingly far from our common sense.
...We must acknowledge that Miuccia, in addittion to her intelligence, has sense of humor and courage to take on the rebellious project of the scandinavians.
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Al mirar la foto, tal vez el lector piense que de repente el negocio de la moda se convirtiO surrealista y quimErico, y abrir sucursales en el desierto de Texas es la nueva epifanIa de la vanidad de luxe... No, quE va! Al parecer, hasta para los ricos esto resulta demasiado excEntrico. Pero entonces ¿¿¿qué hace Prada en el medio de la nada??? De hecho, aun contando con la aprobación de la misma Miuccia y con los accesorios de la colección para el invierno vigente, la tienda está donde debe de estar y hace lo que debe de hacer: BURLARSE.
Lo dicho: Prada Marfa no es una tienda, ni siquiera abrirá un sólo día del año. Prada Marfa es una escultura-instalación hecha por Michael Elmgreen e Ingar Dragset, dos artistas escandinavos autoexiliados en Berlín con fama de pillos que andan mofándose del sistema ingeniosamente (aunque con financiamiento tipo blockbuster).
En este caso particular, nos acribillan con algunas preguntas: ¿qué pasa cuando tomas cosas y las pones fuera de su elemento natural? ¿O qué es lo verdaderamente atractivo: el paisaje o el consumismo? ¿Y aun y con todo, de poderse no te darían ganas de comprar y aquirir este ícono de la globalización?
En esencia, Prada Marfa es una irónica sinestesia entre arte y moda que formula un disparatado desplazamiento de los elementos para cuestionar la autenticidad de nuestra cultura consumista contemporánea.
Inesperadamente, Prada Marfa es crítica y autocriticada: se burla de nosotros como consumidores sometidos a los efectos de la globalización, y a la vez, se rIe de sí misma como agente abanderado y glamouroso de la misma.
Pero eso no es todo: buscándo alguna trascendencia en el todo de esta banalidad, se descubre que Prada Marfa es un clisé en el medio de la 'nada', aquella 'nada' que posiblemente sea lo único real y verdadero, pero que queda perturbadoramente lejana a nuestro sentido común.
...Hay que reconocer que Miuccia, además de juiciosa, tiene sentido del humor y coraje para haber aprobado el proyecto rebelde de los escandinavos.
Posdata Escandalosa!!!!! Como si esto no fuera suficiente, a los dos días de haber inaugurado Prada Marfa, la asaltaron, le qebraron los cristales y la puerta, se llevaron todos los zapatos y los bolsos y le hicieron pintas sugerentes, trayendo con esto diversas hipótesis sobre los malhechores. La más siniestra de todas apunta a los cabecillas de la vecina Fundación Chinati, la famosa 'mecca del minimalismo' antes conocida como Marfa. La razOn para tal actos...PURA ENVIDIA!!!
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