(Versión En Español Abajo) Another perfectly banal day was reaching to the end, just like any other january day, in an equatorial city of south america called Trujillo. Emi was wearing her lovely rat-colour jersey, and her petticoat-layered-kilt touching her toes was so very wrinkled, just as wrinkled as her way of seeing her world. Decided to wear the extraordinary retro-futuristic MOD 60's little low heels, the critical shoe-wear maze was being forgotten. Forgotten as well as the humiliation, trauma and sorrow suffered 5 days and 14 hours ago... Saved by the quintessence of her great style, she left her house with the beautiful and majestic face of dignity.
Five minutes for revenge. Emi realized it was about time to unfold her camera and use the Batman made plastic masquerade. Unbearable Sir Gerardo's boulevard was deserted and dark. In the faraway the Andine Ethnofuturistics parade was getting closer to him singing a holyday religious Huayno, and Emi startedshooting with no hesitate.
Five minutes for revenge. Emi realized it was about time to unfold her camera and use the Batman made plastic masquerade. Unbearable Sir Gerardo's boulevard was deserted and dark. In the faraway the Andine Ethnofuturistics parade was getting closer to him singing a holyday religious Huayno, and Emi startedshooting with no hesitate.
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...One week later, the Unbearable Sir Gerardo's murder perpetrated by the Andine Ethnofuturistics was being big news in all mass media, specially in the most mindblowing fashion magazines from all over the world. Rumors about Emi becoming millionarie with the rights of each picture started spreading over. The originally reason -business adjustments- was no longer worth of any importance at all; the excessive supernatural realism (even magical worth saying), the original and super-new andine ethnofuturism as a concept in fashion and the fervent gore of the images had delighted and enchanted men and women of our very postmodern century.
In the end, nobody wanted to put the Andine Ethnofuturistics on jail; instead, with a blink of an eye, identic supermodels appeared in Tokyo, who created their brand with that style, imperialisticly developed then on for dozens years.
In the end, nobody wanted to put the Andine Ethnofuturistics on jail; instead, with a blink of an eye, identic supermodels appeared in Tokyo, who created their brand with that style, imperialisticly developed then on for dozens years.
In the end, nobody had a thought about Unbearable Sir Gerardo's death, nobody even asked for justice, mercy or moral reaction. Postmodern men and women of that time were tired already of such a coward and pathetic kind of thing, Sir Gerardo's kind of image was no longer tolerated.
In the end, Emi's naïf declarations as a witness of the murder were no questioned by anybody and she was asked and taken to Tokyo by the supermodels right after the declarations were over, to freeze through pictures their first advertising campaign.
In those Postmodern times, the process ended up forgotten. Nothing but images were worth to remember. Only the end was what called people attention. Nothing but the product ended up gaining people's eyes.
(To Emidarklish, to J.L.B, To P.A and to the heretic narcissus)
Gallermic Tanaka
English translation curated by Hernán Jourdan
English translation curated by Hernán Jourdan
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January Fashion Tale (Versión En Español)
Se extinguía un día completamente banal, como cualquier otro día de enero, en una cálida ciudad del hemisferio sur americano llamada Trujillo. Emi tenía puesto su adorado jersey de color rata, y su kilt con enaguas que le llegaba hasta los tobillos estaba arrugadísimo, de la misma manera en que ella percibía su mundo. Atrás había quedado la tormentosa encrucijada del calzado, al decidirse categóricamente por su extraordinario par de taconcillos retrofuturistas de los MOD 60's. Atrás habían quedado, también, la humillación, el trauma y el desconsuelo sufridos hace 5 días y 14 horas... Salvada en la quintaesencia de su gran estilo, salió de la casa con el semblante bello y profundo de la dignidad.
Faltaban 5 minutos para la venganza. Emi atinó a que era tiempo de sacar la cámara y de colocarse el antifaz de plástico hecho por Batman. La calle de Don Gerardo el Insufrible estaba oscura y desierta. Cuando Emi se percató bien, la comparsa de los Etnofuturistas Andinos ya se acercaba a él cantando un Huayno de festiva religiosidad... Empezó a disparar.
Faltaban 5 minutos para la venganza. Emi atinó a que era tiempo de sacar la cámara y de colocarse el antifaz de plástico hecho por Batman. La calle de Don Gerardo el Insufrible estaba oscura y desierta. Cuando Emi se percató bien, la comparsa de los Etnofuturistas Andinos ya se acercaba a él cantando un Huayno de festiva religiosidad... Empezó a disparar.
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... Una semana después, las fotos del asesinato de Don Gerardo el Insufrible perpetrado por los Etnofuturistas Andinos causaron un furor histórico en los medios de comunicación, y especialmente en las revistas de moda más alucinantes en el mundo entero. Hay quienes aseguran que Emi se convirtió en millonaria por los derechos de publicación de cada foto. Las imágenes, de realismo excesivamente supernatural (que más parecía mágico), de etnofuturismo andino como concepto original en la moda, y de pasión Gore acometida salvajemente por un ajuste de cuentas cuyo motivo ya no le importaba a nadie, habían maravillado a hombres y mujeres de los tiempos posmodernos de nuestra existencia.
Al final, a nadie le interesó apresar a los Etnofuturistas Andinos; de la noche a la mañana en Tokyo aparecieron unos supermodelos idénticos a éstos, que inmediatamente crearon su firma con aquel estilo, el cual se propaló por docenas de años imperialmente.
Al final, a nadie se le ocurrió proclamar ni pésame ni moralidad ni justicia ni misericordia por la espeluznante muerte de Don Gerardo el Insufrible, ya que además tenía fama de patán y de cobarde, y en aquellos tiempos posmodernos los hombres y las mujeres no toleraban más ese tipo de malas famas.
Al final, nadie puso en tela de juicio las ingenuas declaraciones de Emi como testigo presencial y casual del homicidio, y más bien, los supermodelos de Tokyo se la llevaron después del interrogatorio directamente para que fotografiara su primera campaña publicitaria.
En aquellos tiempos posmodernos, todo lo del medio quedaba en el olvido. No se recordaban otras cosas más que las imágenes. Y lo único que le interesaba a la gente era el final.
Al final, a nadie le interesó apresar a los Etnofuturistas Andinos; de la noche a la mañana en Tokyo aparecieron unos supermodelos idénticos a éstos, que inmediatamente crearon su firma con aquel estilo, el cual se propaló por docenas de años imperialmente.
Al final, a nadie se le ocurrió proclamar ni pésame ni moralidad ni justicia ni misericordia por la espeluznante muerte de Don Gerardo el Insufrible, ya que además tenía fama de patán y de cobarde, y en aquellos tiempos posmodernos los hombres y las mujeres no toleraban más ese tipo de malas famas.
Al final, nadie puso en tela de juicio las ingenuas declaraciones de Emi como testigo presencial y casual del homicidio, y más bien, los supermodelos de Tokyo se la llevaron después del interrogatorio directamente para que fotografiara su primera campaña publicitaria.
En aquellos tiempos posmodernos, todo lo del medio quedaba en el olvido. No se recordaban otras cosas más que las imágenes. Y lo único que le interesaba a la gente era el final.
(A Emidarklish, a J.L.B., a P.A. y a los vanidosos heréticos)
Gallermic Tanaka
